Archivo del blog

miércoles, 1 de junio de 2011

De paseo por la Feria del Libro de Valladolid

Como cada año, la famosa Feria del Libro de Valladolid ha vuelto a embellecer el paseo central de Campo Grande, con numerosas casetas de libros que nos brindan la oportunidad de saciar el deseo por la lectura y la curiosidad de muchos y el buen arte del saber.
Se trata de la cuadragésimo cuarta edición de esta feria, que constituye uno de los acontecimientos de mayor relevancia y repercusión en el calendario cultural de Castilla y León, y que suele tener lugar entre los meses de abril y mayo. Este año ha estado a la disposición de todos, lugareños y turistas, grandes y pequeños, desde el viernes 29 de abril, hasta el domingo 8 de mayo.
Vamos a adentrarnos en el interior de la Feria, paseando por sus casetas y con algunas novedades de las que este año hemos podido disfrutar.

Para comenzar con el recorrido, hablaremos del protagonista por excelencia de nuestra Feria, el libro. Un año más el paseo central de Campo Grande hasta la plaza de Colón se llenó de expositores, casi cincuenta, pertenecientes a editoriales, como Grupo Bibliodiversidad, o el periódico El Día de Valladolid ; librerías, como La Casa del Libro, Librería Don Quijote  o Boutique del cuento; instituciones, como Diputación de Valladolid, O.N.C.E., Villa del Libro, Ayuntamiento de Valladolid, Caja Duero y Caja España, Servicio de Publicaciones UVA; y algunas organizaciones.








           Pudimos hablar con alguno de los libreros que permanecían en las casetas, que nos contestaron a algunas preguntas acerca del transcurso, la historia y la relevancia de esta Feria.
Nosotros: ¿Ha recibido más visitantes la Feria del libro este año, con respecto a otros años?
Libreros: En realidad las visitas no han decaído nada, e incluso diría que cada año son más los que nos visitan, de todas las edades y con diferentes intereses o curiosidades. Además, el tiempo nos ha acompañado y no ha llovido ningún día. Sin embargo, sí me atrevo a decir que han decaído un poquito las ventas. Le echaremos la culpa a la crisis, como hace todo el mundo ¿no? (risas).

N: ¿Qué tipo de libro es el más buscado por los que se pasean por aquí?
L: Pues siguiendo un poco el tópico de todos los años, la gente busca libros didácticos. Ya no viene a por novelas, ni clásicos, o por lo menos no tanto como antes. Lo más vendido son libros de gastronomía, de plantas, de juegos de cartas… También libros de Historia antigua, o libros en otros idiomas o de autores extranjeros.

N: ¿Cómo vive un propietario de una librería como usted, este manifiesto al arte del saber y a la lectura?
L: Pues por supuesto, me encanta  ver a la gente acercarse a los expositores, ojear libros de todo tipo, comprar historias interesantes que les mantendrán entretenido durante algunos días… Es maravilloso saber leer, algo que no valoramos como deberíamos. Si miramos atrás, no hace demasiadas décadas, mucha gente no tenía el gran privilegio de saber leer.

N: ¿Qué nos dice de los niños?
L: Los niños son lo mejor que pasa por aquí. Al fin y al cabo, ¿quién, si no ellos, van a creer todo lo que cuentan los libros?



Entre las casetas, también pudimos ver una dedicada a la firma de libros, por la que pasaron autores conocidos como Eduardo Mendoza, Paco RocaManuel Vicent, Ignacio Echevarría, o Javier Reverte, entre otros muchos.

Éste último, periodista y escritor madrileño, fue el encargado de dar el Pregón que inauguraría la Feria de este año 2011.


Una de las novedades más visitadas del encuentro en Castilla y León, sobre todo por los más pequeños ha sido La Feria “encuentada”, en una carpa de exposiciones habilitada. En ella, pudimos ver la magnífica colección particular de Rosana Largo Rodríguez . La pintora y escultora cedió sus “alegorías” inspiradas en los cuentos de siempre como La Cenicienta, Alicia en el País de las Maravillas, El Gato con botas… ente otros.  
La exposición estuvo complementada con la proyección audiovisual continuada de una serie de Cuentos populares castellanos y leoneses.

    Un conjunto artístico con ornamentación de instrumentos musicales mediante técnicas de envejecimiento, bases de telas con decoración homogénea en óleo de base azul celeste y con motivos dieciochescos. Una exposición en la que, como dice la propietaria, Rosana Largo Rodríguez, hasta las princesas están encantadas de ser “encuentadas”.



El Gato con botas

Óleo sobre madera.
El minino resultó parlón e inteligente y... "como de raza le viene al galgo", nos presenta algunos de sus insignes antecesores.

 
La Cenicienta

Óleo, papel (textura tela), pedrería fina, terciopelo...
Enciende la chimenea y observa cómo, de entre las hojas del armario, se confecciona un bello vestido de baile destinado a engalanar la fastuosa carroza.




Alicia en el País de las Maravillas

Estructura de madera policromada
Alicia parece desconcertada en su encuentro con el Conejo Blanco. Desborda por su propio asombro, abandona la morada encontrándose con la jerarca de las cartas.


 
Pinocho

Madera policromada al óleo, ceras, diversas pátinas y pigmentos naturales.
Después de tanta travesura nuestra nostálgico Pinocho nos mira apesadumbrado desisitiendo de su utópico sueño.



La Sirenita

Proyección holográfica, papel y óleo.
Perseverante a pesar de la crueldad humana, nada ondeando su áurea cabellera por el mundo que la vio nacer, recordando en la lejanía un desafortunado amor.



 
También este año, todos los visitantes de esta edición de la Feria del Libro de Valladolid, podían presenciar las conversaciones entre un periodista y un autor, en lo que llamaron Cuando la Feria duerme.  A partir de las 21:00 horas, cuando todas las casetas, exposiciones, caseta de firmas o puestos de información cerraban hasta el día siguiente, la Biblioteca de la Feria, situada a la izquierda de la entrada principal a Campo Grande, abría sus puertas para presentarnos las confidencias literarias de autores de nuestra comunidad.
Tuvimos la suerte de poder presenciar el encuentro entre el escritor vallisoletano Rubén Abella, y el periodista Francisco Alcántara.  
En ella, el periodista le hizo una serie de preguntas al escritor, y posteriormente leyó algunos pasajes cortos del libro que presentaba, Baruk en el río.
El escritor expresó lo que sentía a leer de la boca de otra persona cosas que él había escrito.

                                           
     
También pudimos ver una galería de fotos que el propio escritor había hecho, pues la fotografía se encuentra entre una de sus pasiones.
Soy escritor porque me siento cómodo con las palabras, y soy fotógrafo porque me siento cómodo con las imágenes.
Yo no soy un fotógrafo con prisas. Para mí, hacer una foto es una ceremonia, y no tengo interés en verlas en el momento, como es posible en las cámaras digitales.


Para terminar, otra de las maravillas con la que este año contaba la Feria, era la Hora del recreo. Se trata de una exposición fotográfica producida por la Editorial Lunwerg, para la Fundación Telefónica, enmarcada en la campaña de sensibilización derivada del Programa Proniño, con el que Fundación Telefónica viene contribuyendo a la erradicación del trabajo infantil desde el año 1999, en trece países de Latinoamérica.
El Programa Proniño dedica importantes recursos para la escolarización de niños que trabajan en condiciones adversas en países en vías de desarrollo.
Estas son algunas imágenes de las fotografías expuestas:

 

            





Numerosos fotógrafos, coordinados por Carlos Spottorno, dedicaron todo un año a recopilar imágenes cotidianas de la vida de dieciséis niños, niñas y adolescentes trabajadores, para los que el poder ir a la escuela es poder disfrutar de su hora del recreo.
Todos los beneficios obtenidos serán destinados al Programa Proniño.





                   Esto ha sido lo más destacado de la Feria del Libro de Valladolid del año 2011. Un año más, la magia de la lectura, para niños y mayores, ha dado un poquito de vida más a ese fiel amigo tan sabio, el libro.








Marta Rivera Benito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario